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domingo, 10 de mayo de 2015

La decadencia intelectual cofrade motrileña.



Con una parsimonia casi inquietante, Motril se deshace de la cultura y la abandona como si fuera un objeto obsoleto e inservible. Los cofrades se muestran reacios a lo que deberían de querer como a un hermano más: la cultura. Mientras crece agradablemente el número de cofrades, parece que la intelectualidad ha tomado otra calle y desciende hasta la oscuridad atontada que es la incultura e ignorancia.

 La Escuela de Atenas. Rafael Sanzio, 1510-1512.

Y no será por falta de recursos. La gran cantidad de medios de los que podrían servirse actualmente los motrileños cofrades, quedan desvalidos. Hay que incitar a nuestros cofrades a perseguir la intelectualidad. Creación de tertulias con sus respectivos debates, programas de radio (que ya existen), revistas con un contenido aún más cultural e histórico; charlas de información, formación y cultura… Son tantos y tantos los medios, que incluso sorprende la quietud de los cofrades de Motril.

 Venus anatómica. Anónimo, siglo XVIII (Alemania).


Aquí hay que tener en cuenta otro factor: el espejismo. Palidece la busca de la cultura. Nos llenamos de modas y datos prácticamente de carencia cultural la cabeza, que nos creamos una falsa sensación de inteligencia. O una intelectualidad equivocada. Un ejemplo claro son los cofrades vacilantes y “pedantes”. Un cofrade, al parecer, es más por haber estado en más sitios, conocer un número indeterminado de marchas o salir en una cantidad importante de cofradías. Eso no es conocimiento, y mucho menos inteligencia.

Lección anatómica del Dr. Nicolaes Tulp. Rembrandt, 1632.


Me gustaría ver más gente emprendedora en Motril. Un blog sobre Motril, una tertulia cofrade, una amplia variedad de actos y medios para que nuestros cofrades absorban cultura. Pero claro, el cofrade debe de poner de su parte y buscar aquello que tanto debería de anhelar.