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sábado, 2 de noviembre de 2013

Juan de Mesa y Velasco.

           Juan de Mesa y Velasco, nació en Córdoba, a finales del siglo XVI, en 1583, y falleció el 26 de noviembre, en Sevilla, ciudad a la que se trasladó en 1606 para reafirmarse como imaginero. Falleció con tan solo con cuarenta y cuatro años, víctima de una tuberculosis (1627). Se desconoce casi todo de este artista del Barroco, incluso se desconoce su rostro. Además, los literarios de esta época, no escribieron nada respecto a él, teniendo en cuenta de que realizó una gran cantidad de tallas para el mundo cofrade, de una excelente calidad.

             Aprendiz del gran Martínez Montañés, ingresó en su taller a los veintitrés años de edad, superando el alumno al maestro. Esto dice mucho, pensando que fue este el motivo de que quedase en segundo plano Juan de Mesa, atribuyendo las obras del corbobés a Martínez Montañés. Realizó un gran estudió de la anatomía humana, tanto en seres humanos vivos como muertos, para después crear sus imágenes con la mayor precisión y realismo posible. Dentro de las características del Barroco, sus desnudos muestran el magnífico trabajo anatómico, y su estudio; los rostros de sus tallas muestran una gran vida interior, y los ropajes de estos contrastan con la luz. En 1613, se casa con María de Flores, para dos años después, fundar su propio taller en la colación de San Martín, realizando trabajos para él mismo. Ese mismo año, en 1615, talla su primera imagen, San José con el Niño, pero con la particularidad de que era blanco, ya que la policromía pertenece al siglo XVIII. Tras esculpir ciertas esculturas, de carácter "menor", empezó la etapa de oro, que se comprende desde 1618 hasta 1623. Con una decena de crucifijos, comienza con el Cristo del Amor, que permanece en la Iglesia del Salvador. Tardó un par de años, concretamente 25 meses, pues empezó en mayo del 1618, terminando en junio de 1620. También, en 1618, realiza el retablo del altar mayor del Hospital de San Bernardo, o "De los viejos", que actualmente no existe. Un año después, para la hermandad de Montserrat, talla otro crucificado, el Cristo del Buen Ladrón, con 1,92 cm de altura, dejando poco a poco atrás el arte barroco,  sobreponiéndose sobre sus creaciones características realistas. En 1620, el Cristo de la Buena Muerte es tallado por el cordobés, y su obra más famosa, "el señor de Sevilla", el Santísimo Cristo del Gran Poder. Además, San Juan Evangelista, perteneciente hasta cofradía, es de Juan de Mesa, reposando y siendo venerada en la Basílica del Gran Poder. Realizó más obras, entre ellas el Cristo de la Agonía, encargado por Juan Pérez de Izarábal, contador del rey (1623). Jesús Nazareno de La Rambla (pueblo de su tierra natal, en Córdoba), en 1622. Fallecería, como ya he comentado antes, en 1627, pero en la Iglesia de San Martín de Sevilla, se encuentra una placa, que asegura que Juan de Mesa y Velasco está enterrado en dicho templo, además de ser un recuerdo para todos, por el trabajo y esfuerzo del cordobés, para que no quedase en el olvido, y no pasase en segundo plano para muchos otros, pues es uno de los mejores imagineros hispánicos del Barroco, y quién sabe, de la historia artística de nuestro país. Cabe decir, que no pongo a continuación las obras principales de este autor, pues ya las he mencionado, sobresaliendo a parte, la Virgen del Valle, la Virgen de la Victoria y el Santísimo Cristo Yacente, todas de Sevilla.


                                                                                                 Aliento Nazareno.

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